domingo, 13 de marzo de 2022

Desaprender

 



DESAPRENDER

Por Carlos Vicente Torrealba chinchorro-sutra.blogspot.com Twitter: @cartorrealba

 ¿Por qué nadie nos enseña a desaprender?

 Luego que intenté que algunos cajeros del aeropuerto me fueran útil o que regresara la famosa línea en el banco, agotado por la desesperación de no poder hacer nada contra lo inevitable de vivir en una nación donde el ser ciudadano es casi una utopía, me fui al cafetín del aeropuerto a ser un poco de catarsis y como un monje tibetano busque mi “OM” en una taza de café.

Ya casi en el último sorbo de café se me acercó una joven turista pidiéndome información sobre Canaima. Ella tenía una gran ansiedad, se le podía notar en cada gesto de su cuerpo; luego de estar hablando por más de media hora me dijo que venía a Canaima para olvidar un gran amor, yo le señalé que su desamor es difícil olvidar tan sólo contemplando la naturaleza.

Bueno amigos, nadie sabe la verdadera traducción al inglés de la palabra ¡desamor! Al parecer es una palabra muy bien conocida en el habla castellana y más en nuestro continente latinoamericano y es que tanto el desamor como el suicidio son palabras que la gente no le apetece por conveniencia recordar.

Del suicidio sabemos algo ya que todo empezó con el de Sócrates y desde allí el hombre ha tratado de comprender esa epidemia que posee componentes familiares vinculados con la violencia; mientras que del desamor apenas amigos sábenos nada, tan sólo que en nuestras culturas es la mayor sensación de perdida. Sí, no sólo lo sentimos, es que hasta lo expresamos y quisiéramos que toda la tribu se dé cuenta de nuestro sufrimiento.

Aunque la llegada o mejor, ante la penetración del desamor no tiene que ser esta siempre el anuncio del fin y la caída al abismo. En realidad, en la mitad de los casos, la finalización de un amor equivocado abre la perspectiva nada despreciable de no tener que sufrir durante otros veintisiete años o quizás cinco o menos, la convivencia con alguien que no te quería o que ya había agotado su capacidad de amar.

 No todo son pérdidas y sufrimiento acumulado en lo referente al desamor. La joven turista me preguntó: ¿Cuáles serían los remedios para el desamor? La gran mayoría de los neurocientíficos y neurofilosofos recomiendan, por supuesto, no encerrarse en sí mismo ahondando en el dolor de la extinción de un gran amor, sino sustituir esa emoción negativa por otra de igual intensidad, pero de signo contrario. Diría mi padre con sus breves palabras “volverse a enamorar cuanto antes, mejor” o esa sabiduría popular de un clavo saca otro clavo. Pero creo que la solución no es tan simple como se suele decir, es más creo que hay un componente que se olvida y es que las personas que se encuentran hundidas en un gran desamor no están en condiciones ni tienen ganas de volver a enamorarse de inmediato, a no ser que cuenten con un componente especial o que su vida esté marcada en un acordeón de amor y desamor.

 La joven turista buscaba su kundaline del desamor cambiando de paisaje viendo otras costumbres, hablando otro idioma, olvidando hasta los pasos que había dado junto al otro. Quizás ella hubiera cambiado de planeta si eso le fuera factible. Pero ante el desamor los neurofilósofos han descubierto algo interesante y todo está encerrado en una palabra que ha tenido una gran relevancia desde que los científicos y los contemplativos han empezado a trabajar juntos en proyectos y esta palabra es “desaprender”.

Es decir, frente al amor es importantísimo aprender y frente al desamor desaprender. Algo que jamás se nos habló en todo en desarrollo de nuestra vida, aunque hasta ahora lo importante era aprender y aprender. Sí, sin importar que fuera estupideces. No conozco hasta la fecha a alguien que se le haya enseñado a desaprender, la filosofía del positivismo nos enseña que todo viene para algo mejor, es el hombre que se encuentra en un estado permanente de cambio, quizás es este principio que ha hecho posible que los seres humanos, sociedades y países que más veces y más intensamente deben soportar las tristezas y el desamparo del desamor son también, aquellos hombres y mujeres, sociedades y países con mayor capacidad emocional para amar.

Es que estoy convencido que sólo puede producirse el desamor donde hubo antes mucho amor. La joven turista sonrió y se marchó.


 

No seremos sin amor y no descuide la sexualidad


Carlos Vicente Torrealba Pantoja.- Muchas parejas descuidan el ejercicio de su sexualidad, sin darse cuenta de los grandes beneficios que puede traer a su relación de pareja y a cada uno de ellos. Hay muchísimas buenas razones para tener relaciones sexuales con frecuencia con tu pareja, obviarlo puede ser un grave error que en algún momento nos arrepentiremos sobretodo cual él o ella partan.

 Cuando una pareja está teniendo una buena relación, por lo general también están teniendo una buena vida sexual. Y lo inverso también es cierto: es decir, si no se llevan bien en la cama, por lo general estarán pasándola mal en su relación. El dormitorio y la felicidad en el matrimonio están inseparablemente conectados, así que una conexión con frecuencia en el dormitorio, les obligará a conectarse fuera de la habitación más a menudo también. Hay miembros de la pareja que todo el tiempo se las pasan en la computadora día y noche, es bueno, pero cuando lo piensas, nadie es más importante que tu pareja, no te puedes conectar emocionalmente con tus amigos en línea es sumamente peligroso pero si más con tu pareja en el dormitorio. Varios estudios demuestran que tener relaciones sexuales trae muchos beneficios para la salud.

 El sexo hace la gran diferencia entre alquilar juntos un departamento y estar casados. Y es la única cosa que comparten únicamente entre ustedes y que no comparten con nadie más. Debido a eso, se convierte en una manera única para ti y tu cónyuge de expresar romance, amor y pasión entre sí, de maneras que no pueden expresar en ningún otro lugar o con nadie más. Para mi punto de vista lo que llamamos sexo es un ejercicio de comunicación. 

Durante el sexo, te estás comunicando regularmente con tu pareja sobre lo que te gusta, lo que no te gusta o lo que quieres que haga. No hay nada más íntimo y vulnerable que la comunicación que se tiene en el interior del dormitorio. Y los beneficios que esto trae fuera de la habitación son geniales. Nos arrepentimos sexualmente Si pudiéramos concentrar la totalidad de las cosas que lamentamos, un alto porcentaje siempre será sobre el tema de los sentimientos y desde luego el amor. Quien ha vivido y experimentado el amor no ha experimentado ese desesperado intento porque todo vuelva a la normalidad, por volver a ese instante en el que todo cambió. Los arrepentimientos más comunes siempre giran en torno a nuestra vida amorosa.

Dejar ir a alguien importante, o no decirle nunca a esa persona sobre sus sentimientos siempre serán los arrepentimientos más comunes. Tan solo con los años y la experiencia lograda gracia a ellos podemos comprender que los hombres y mujeres se acercan al sexo de forma diferente: los hombres por sus condiciones físicas y evolutivas van siempre a algo puntual y las mujeres le dan prioridad a los generales y la totalidad. Los hombres por nuestra torpeza connatural vamos a lo concreto, el coito, y las mujeres se quedan en la previa y el post-coito. 

Pero esas aproximaciones a veces generan arrepentimientos porque uno y otro quisieran, por momentos, adoptar el rol del otro pero los prejuicios y tabúes pueden más que la realidad. Las mujeres se arrepienten de lo que hicieron mientras que nosotros de lo que dejaron de hacer. Un pensamiento algo conservador, que relaciona que las mujeres lamentan tener sexo con ciertas personas porque al final no se concretó nada o porque no “merecían la pena”. A los hombres nos pasa al revés. Nosotros nos lamentamos de no haber estado con una mujer determinada o de haber estado demasiado tiempo en una relación. El decir te amo: Los hombres se arrepienten con más frecuencia de no haber dicho te amo que las mujeres, incluso con respecto a las mujeres que lo dijeron. Mientras ellas se arrepienten de haberlo dicho, en algunos casos, porque ni siquiera lo sentían. Dr. Carlos Vicente Torrealba Centro De Especialidades Médicas Complementarias Alternativas E Integrales (CEMCAICA) 

Los humanos somos como linternas que proyectamos hacia afuera lo que llevamos por dentro


 

Cuaderno No.17 Tema: EL SEIS ¿EN QUÉ CONSISTE «EL SEIS»?

 Cuaderno No.17 Tema: EL SEIS  ¿EN QUÉ CONSISTE «EL SEIS»? https://drive.google.com/file/d/1_ZSEXMVBBMnw60fLryEkgb1eQWUzRkXj/view?usp=sharin...